En el río Arauca, habita un símbolo natural: la tonina, o delfín rosado. Esta especie en amenaza se ha convertido en emblema de conservación.
Fotos: Fundación Omacha
La presencia del delfín rosado en el Arauca no solo indica la buena salud del ecosistema, sino que impulsa economías locales a través del turismo ecológico. Este cetáceo se ha transformado en el corazón de una historia de convivencia, protección y futuro sostenible.
La tonina del Arauca
La tonina, también conocida como delfín rosado (Inia geoffrensis), es una de las especies más carismáticas del Amazonas y la Orinoquía. En el caso del río Arauca, se encuentra una subespecie muy representativa de la cuenca del Orinoco. Su particular color rosado y su carácter sociable la convierten en una especie única en el mundo.
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Este delfín de agua dulce habita en ríos caudalosos, tranquilos y ricos en peces, como el Arauca y sus afluentes. Puede observarse desde el municipio de Saravena, en el río Manacacías, hasta donde el Arauca desemboca en el Orinoco, en la frontera con Venezuela.
Indicador de vida: si la tonina está, el río está sano
La presencia de la tonina no es solo un atractivo visual, también es un termómetro ecológico. Estos cetáceos requieren aguas limpias, abundancia de peces y ecosistemas estables para vivir. Por eso, verlas nadar libres es una señal de que el río Arauca aún conserva buena salud ambiental.
En las veredas Monserrate y Clarinetero, comunidades enteras han comprendido que conservar las toninas también es conservar su forma de vida. Empresas locales ofrecen tours de avistamiento, y se han implementado procesos de educación ambiental para que los pobladores se conviertan en guardianes del río.
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Toninas en peligro: una especie sombrilla en defensa del río
La tonina se encuentra en categoría de amenaza, y los expertos la consideran una “especie sombrilla”: aquellas que, por necesitar grandes extensiones de hábitat para sobrevivir, al ser protegidas aseguran la conservación de muchas otras especies a su alrededor.
El compromiso con la tonina ha unido incluso a instituciones como la Armada Nacional, que ha rescatado ejemplares atrapados y participa en campañas de sensibilización. El cuidado, así como las acciones para su protección y conservación son clave para evitar que actividades humanas pongan en peligro a esta especie rosada, emblema del río.
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Las toninas suelen verse en manadas de ocho a diez individuos, y por lo general, las hembras son más grandes. Sus apariciones generan emoción, respeto y un profundo deseo de conservación. Verlas nadar libres en el río Arauca es una experiencia que transforma a quien la vive.