El incremento de este tipo de acciones violentas, ha llevado a los organizadores del fútbol colombiano a tomar medidas más drásticas.

 

Incidentes en Santa Marta y Cartagena. Tomado de redes sociales.

Otro capítulo de intolerancia y violencia se vivió en el fútbol colombiano en la reciente jornada de la Liga BetPlay. Unión Magdalena y Once Caldas jugaban la fecha 17 en el Estadio Sierra Nevada de Santa Marta, mientras transcurría el minuto 79, los hinchas del equipo samario ingresaron al terreno de juego a manera de protesta por los malos resultados de su club. La invasión se tornó peligrosa para la integridad de los protagonistas que tuvieron que refugiarse en los camerinos.

La DIMAYOR decretó el término del compromiso indicando que no había las suficientes garantías para jugarse los minutos finales. Once Caldas se adjudicó con los tres puntos gracias al 1-0 parcial que había conseguido con el gol de Dayro Moreno. El ‘blanco blanco’ ingresó al grupo de los ocho y se prepara para su cuarta presentación en la Copa Sudamericana donde enfrentará a Unión Española (Chile) en Manizales.

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Para el ‘ciclón bananero’ son tiempos difíciles. Está último en la tabla, sin posibilidades de acceder a los cuadrangulares, no ha ganado un solo partido en el año y es el primer candidato a descender a la segunda división. Ahora deberán asumir la sanción por el reciente incidente, que seguramente tendrá impactos económicos y deportivos.

Una situación incontrolable para el fútbol colombiano

El incremento de este tipo de acciones violentas, ha llevado a los entes organizadores a tomar medidas más drásticas que, si bien repercute en los clubes, no garantiza el cese de estas protestas que afectan al espectáculo.

 

Durante el mes de abril otro equipo de la costa caribe estuvo involucrado en la misma situación. Los seguidores del Real Cartagena invadieron el gramado del Estadio Jaime Morón cuando el elenco ‘heroico’ caía ante Jaguares de Córdoba. La multa fue de $7.117.500 pesos y se sancionó la tribuna sur por dos fechas del Torneo Betplay.

La final de la Copa BetPlay del 2024 se vio empañada por hinchas del América de Cali que no permitieron la finalización del encuentro ante Atlético Nacional. El verde paisa se consagró campeón en el Pascual Guerrero, pero tuvo que recibir la premiación en el camerino. Fue doble el castigo para los ‘escarlatas’, DIMAYOR con seis fechas de toda la plaza para los encuentros de Copa y multa de $3.575.000. La Alcaldía de Cali agregó cinco fechas sin público en todas las competiciones.

¿Protestas o delincuencia? ¿Son suficientes las sanciones?

También en el 2024, el Atanasio Girardot de Medellín fue escenario de episodios violentos. En el juego entre Atlético Nacional y Junior de Barranquilla, hubo enfrentamientos entre las barras y con la policía. La trifulca que comenzó en la tribuna norte, se extendió por las diferentes gradas del Estadio poniendo en riesgo la integridad de muchas personas ajenas al conflicto. Al ‘verdolaga’ lo castigaron con la pérdida del partido por 0-3. Además de pagos que superaron los 40 millones de pesos y suspensión de la plaza por seis fechas. Los barranquilleros también sufrieron multas económicas y prohibiciones de público en el escenario.

Deportivo Cali ha venido enfrentando una compleja crisis institucional. Uno de los clubes grandes del fútbol colombiano está lejos de revivir sus mejores años de historia. Las constantes problemáticas económicas y deportivas, desencadenaron en el disgusto de sus aficionados que, a manera de protesta, invadieron su propio Estadio e incluso otros recintos como el 12 de Octubre de Tuluá. La última sanción que recibió el elenco ‘azucarero’ fue en el 2024 ante el Pasto. Más de 26 millones de multa y suspensión por dos fechas de las tribunas sur y oriental baja.

La intolerancia del público y las malas gestiones administrativas de los equipos colombianos, van de la mano en un peligroso circulo de violencia que está teniendo duras repercusiones en nuestro fútbol, con tendencia a agravarse.

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