Un hombre, que fue policía hasta el 2006, fue acribillado a tiros cuando conducía un vehículo cerca a la Universidad de Antioquia. Este hecho dejó otra víctima mortal, que nada tenía que ver: una mujer que laboraba como escobita.

Flor María Mosquera Gamboa, de 46 años, laboraba como operaria de barrido en las calles, por medio de la Fundación Universidad de Antioquia. Y, mientras cumplía con su deber, se vio envuelta en un hecho de sicariato en Medellín en el que una bala perdida la alcanzó, lo que le ocasionó la muerte cuando personal médico de Policlínica trataba de salvarle la vida.

A través de un comunicado de prensa, Empresas Varias de Medellín lamentó lo sucedido y se solidarizó con los parientes de Flor. «Es difícil entender cómo, en medio de hechos absurdos, fallece una mujer inocente, que desde hace 9 años venía prestando sus servicios al cuidado de nuestra ciudad. Desde Emvarias enviamos un abrazo de condolencias, lleno de solidaridad a los familiares de Flor María, a su esposo, sus 3 hijos, a sus compañeros de trabajo y colaboradores de la Fundación», indicaron.

Lo que ha dicho Álvaro Uribe rindiendo testimonio como testigo de la defensa en el juicio oral

Sicariato en Medellín se perpetró desde motos

María fue una víctima inocente de una acción violenta perpetrada por sicarios en moto contra el expolicía John Jairo Mazo Paniagua. A él le dispararon cuando conducía una camioneta por la carrera 55 con calle 62, en el barrio Jesús Nazareno. Él murió en el sitio y su pareja, que iba en el asiento de copiloto, resultó ilesa.

«Estábamos trabajando y, cuando menos pensamos, ¡plaque, plaque, el tastaseo (tiroteo)! Se escucharon como 8 dispaross. Cuando me asomo, veo un sicario que se monta en una moto y veo que a la señora la estaban montando a un carro blanco», describió un mecánico del sector.

No deje de leer: Tras gigantesco derrumbe en Los Balsos se hacen cambios en la movilidad del sector, tome nota

Otro mecánico, de 50 años de edad, que caminaba por el lugar, fue impactado en una pierna por una bala, aunque, según informaron las autoridades, no reviste gravedad.

El exuniformado, contra quien estaba dirigido el atentado, tenía una sentencia condenatoria del 2019 en Pereira por el delito de tráfico de estupefacientes. Además, estaba indiciado en una investigación por acto sexual con menor de 14 años.