A tres horas y media de Medellín, este municipio encanta con su legado indígena, además de ser sede del Festival Nacional de Música Guasca.
Foto: Escuela de Música de Guasca- Cinco Horizontes
A tres horas y media de Medellín, este municipio encanta con su legado indígena, además de ser sede del Festival Nacional de Música Guasca, su vocación cafetera y su conexión con los farallones del Citará. Es un punto clave para los amantes del avistamiento de aves, el senderismo y las aguas cristalinas.
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Donde la música guasca tiene casa propia
Este municipio es reconocido nacionalmente como la capital colombiana de la música guasca, un género tradicional que conserva la esencia rural y campesina del país. Esta identidad sonora se celebra cada año durante el Festival Nacional de la Música Guasca, un evento que reúne agrupaciones, familias y visitantes de todo el país, usualmente en el primer puente de noviembre.
Este festival no es solo un encuentro musical, es una expresión viva de la cultura antioqueña, donde se mezclan las décimas, los tiples, las coplas y los recuerdos del campo.
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Un territorio con raíces indígenas y aroma a café
Se trata de Betania, que antes de ser municipio, fue habitada por los pueblos indígenas Caramantas y Chamíes, conocidos también como Tapatóes y Natupes. Más adelante, con la llegada de los colonos, comenzó a configurarse el territorio que hoy se conoce como el casco urbano.
Su vocación cafetera se siente en el paisaje: desde sus balcones naturales, se observan fincas y montañas cubiertas de cafetales. No en vano, también se le conoce como “El Balcón del Suroeste”, título que honra su privilegiada vista sobre la región.
Naturaleza imponente: Farallones, cascadas y cañones
Foto: Cinco Horizontes
Betania hace parte de la Reserva Forestal Protectora Farallones del Citará, un área biodiversa y estratégica para la conservación.
También destacan atractivos como:
- El Cañón La Bramadera (vereda Rochela), ideal para un baño tranquilo.
- Los chorros del río Tapartó, entre Andes y Betania, con tres cascadas que fascinan a los visitantes.
- La cascada San Antonio, rodeada de zonas verdes, senderos y aguas frescas.
Estos escenarios convierten a Betania en un destino ideal para el ecoturismo, el descanso y el descubrimiento.
Un pueblo con historia, identidad y mucha guasca
Con una población estimada de 10.605 habitantes (proyección DANE 2022), Betania ha consolidado su lugar en la geografía y cultura antioqueña. En 1889 recibió su nombre actual y, tras disputas territoriales con Ciudad Bolívar, se constituyó como municipio independiente en 1920.
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Hoy, su apuesta combina la tradición cultural con la protección de su entorno natural, y lo convierte en un tesoro del Suroeste antioqueño que vale la pena descubrir.
¿Cómo llegar?
La capital mundial de la Guasca queda a tres horas y media de Medellín, la ruta sugerida es Medellín – Bolombolo – Remolino – Hispania – Betania. En el caso de que viajes en transporte público, puedes tomar un bus desde la Terminal del Sur de Medellín con destino a Hispania o Andes, y desde allí hacer conexión a Betania.
Consulta horarios con empresas como Cootransandina, Rapido Ochoa o Sotrasuroeste, que operan rutas hacia el suroeste antioqueño.
Es una vía mayoritariamente pavimentada, con paisajes montañosos espectaculares y zonas cafeteras en el camino. Se recomienda viajar en vehículo particular o en transporte intermunicipal.