Allí los rieles no se oxidan, se transforman. Turismo sobre ruedas, cacao y paisajes te esperan. Acá te contamos todos los detalles.

Allí el ferrocarril no se oxida, se transforma. Turismo sobre ruedas, cacao y paisajes te esperan. Acá te contamos todos los detalles.Fotografías: Antioquia es Mágica.

Antioquia está llena de lugares mágicos, impregnados de historia y tradición; ese es el caso del municipio de Caracolí, ubicado en el Magdalena Medio, a dos horas y media de Medellín. Esta zona creció impulsada por la llegada del ferrocarril en 1897, el cual dinamizó su economía y transformó la vida local. 

Sin embargo, tras la privatización del Ferrocarril de Antioquia y la suspensión del servicio ferroviario en 1999, la infraestructura quedó abandonada. Lo anterior, marcó una pérdida simbólica y material del patrimonio; por ejemplo, el robo de la campana original de la estación en 2001.

A pesar de esto, los rieles no han quedado en el olvido. En 1999, ante la falta de transporte, surgieron los «motorodillos«, vehículos artesanales impulsados por motos que recorren las antiguas vías férreas.

La reinvención de los rieles del ferrocarril

Esta nueva iniciativa empezó, debido a que las vías del tren eran la ruta más segura, en aquel momento de violencia. Según El Colombiano, empezaron empujando el rodillo con un palo, hasta que se les ocurrió incursionar en el motor de una moto para avanzar con menor esfuerzo y mayor velocidad. 

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Este medio de transporte ha reactivado la conexión entre Caracolí y Puerto Berrío, facilitando el transporte de personas y mercancías. Además, se ha convertido en una atracción turística popular.

Por lo tanto, en un esfuerzo por preservar la memoria histórica, el Ministerio de Cultura y el Instituto Nacional de Vías (Invías) han invertido recursos en la restauración de estaciones ferroviarias emblemáticas, incluida la de Caracolí. Estas acciones buscan recuperar y conservar el patrimonio arquitectónico y cultural asociado al ferrocarril.

Según El Colombiano, son alrededor de 21 vehículos construidos con una plancha de madera que soporta 16 rodillos, uno en cada uno de los cuatro puntos que se apoyan sobre la vía férrea. Las tarifas varían dependiendo del tipo del recorrido y las motos no superan los 40 Km/h, principalmente, porque son vías de un solo sentido. 

Hoy en día, Caracolí es un testimonio de cómo el ferrocarril, más allá de ser una infraestructura de transporte, ha sido un motor de desarrollo, identidad y resiliencia para sus habitantes, quienes nunca renunciaron a usarlo, incluso sin vagones.

Otras actividades que se pueden hacer en Caracolí

Pero eso no es todo, además de su innovador sistema de transporte, este lugar también goza de otros atractivos. Según Antioquia es Mágica, el municipio de Caracolí tiene ríos, bosques tropicales y gran biodiversidad. Dentro de los lugares que se destacan está el Mirador del Cañón por su valor ambiental y paisajístico. 

Asimismo, se destaca por el turismo religioso, debido a su arquitectura, sus vistas ecológicas que se pueden conocer tanto en bicicleta o de una forma más extrema como el rafting. Por otro lado, hay recorridos del cacao (cultivo insignia de la región), para conocer más sobre el proceso del chocolate. 

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Caracolí es, sin duda, un lugar para todos los gustos, ya que tiene una amplia oferta de actividades.

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