Lo que llama la atención de este animal es su pequeño tamaño, su gran agilidad para volar y adaptarse a múltiples condiciones del medio.
Con apenas unos centímetros de largo y un peso que no supera los tres gramos, el zunzuncito se lleva el título del ave más pequeña del mundo. Su vuelo ágil y preciso lo convierte en una maravilla de la naturaleza.
Un colibrí diminuto con habilidades extraordinarias
Con apenas unos centímetros de longitud, el zunzuncito —también conocido como colibrí abeja o pájaro mosca— se destaca no solo por su cuerpo diminuto, sino también por sus extraordinarias habilidades de vuelo y su importancia ecológica, desempeña un papel vital en el equilibrio del ecosistema.
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El ave más pequeña del mundo
El zunzuncito alcanza un tamaño promedio de 5,5 cm en los machos y 6,1 cm en las hembras, con un peso entre 1,8 y 2,6 gramos. Puede batir sus alas hasta 80 veces por segundo, lo cual le permite maniobrar en el aire con una precisión asombrosa. Es capaz de volar hacia adelante, hacia atrás, en vertical e incluso quedarse suspendido en el aire, como si desafiara las leyes de la física.
Colibrí Zunzuncito, Macho. (Mellisuga helenae). Foto: Christoph Moning
Los machos lucen una cabeza roja iridiscente y partes superiores turquesas, mientras que las hembras presentan una espalda azul verdosa y un vientre grisáceo. Ambos utilizan su pico largo y delgado para alimentarse del néctar de flores, especialmente aquellas posicionadas de forma horizontal.
Aunque pequeño, el zunzuncito es clave para la vida en su hábitat. A pesar de su tamaño, este colibrí desempeña un papel crucial en la polinización de muchas especies de plantas.
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Al alimentarse del néctar, transporta polen de una flor a otra, facilitando la reproducción de las plantas y contribuyendo al mantenimiento de la biodiversidad. Muchas de las especies que poliniza son esenciales para la supervivencia de otros animales y plantas en la región, lo que convierte al zunzuncito en un eslabón vital de la cadena ecológica.
Su hábitat
Endémico de Cuba, este colibrí habita en regiones boscosas, jardines, zonas pantanosas y la Isla de la Juventud. Prefiere áreas con abundancia de flores, donde puede alimentarse, reproducirse y completar su ciclo de vida. Su dieta también incluye insectos y arañas, necesarios para mantener su elevada tasa metabólica.
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Foto: Christoph Moning
Además, el zunzuncito ha desarrollado una asombrosa adaptación para sobrevivir: cuando las temperaturas bajan o los recursos escasean y tienen la capacidad de entrar en un estado de letargo llamado torpor, reduciendo su ritmo cardíaco y temperatura corporal para conservar energía. Esta estrategia le permite resistir condiciones extremas que serían letales para otros seres tan pequeños.
Este minúsculo colibrí, cuya presencia puede pasar desapercibida, es en realidad una de las maravillas naturales más fascinantes de nuestro planeta. Una criatura diminuta, veloz y vital que sigue recordándonos que, en la naturaleza, el tamaño no define la grandeza.