Vivió más de una década en situación de calle hasta que una joven lo ayudó a vender sus dibujos por Instagram. Hoy colabora con Netflix
Baldemar Veliz, mejor conocido como Don Balde, pasó más de diez años viviendo en situación de calle en la Ciudad de México. Su rutina diaria transcurría entre barrer un parque de Chapultepec a cambio de unas monedas y vender los dibujos que hacía en un cuaderno. Lo que nunca imaginó fue que una tarde cualquiera cambiaría para siempre su historia.
Ese giro ocurrió el 26 de junio de 2020, en plena pandemia, cuando Tania Ríos, maestra y diseñadora, lo encontró pintando un gato en una hoja reciclada. Tania, conmovida por su talento y su historia, decidió hacer algo más que comprarle el dibujo. Publicó una foto de su obra en redes sociales, acompañada de unas líneas que describían su historia. La publicación se volvió viral en cuestión de horas.
De artista callejero a expositor
Aquel simple gesto fue la semilla de una transformación profunda. Decenas de personas comenzaron a interesarse por los dibujos de Don Balde. En poco tiempo, y gracias a la gestión de Tania, se organizó su primera exposición de arte y venta de obras. Para octubre del mismo año, sus ilustraciones ya adornaban camisetas que se vendieron en línea, y con las ganancias logró alquilar por primera vez un lugar donde dormir bajo techo.
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El talento de Don Balde —una mezcla de realismo espontáneo, trazo firme y mucho color— llamó la atención de artistas, coleccionistas y medios de comunicación. Fue entrevistado por cadenas de televisión, y su historia inspiró a miles. Aún seguía dibujando desde el banco de piedra que había sido su “hogar” durante años, pero cada trazo lo acercaba más a una vida digna.
Un lugar seguro para volver a empezar
En enero de 2022, tras reunir dinero de la venta de dibujos y donaciones de seguidores, Don Balde consiguió mudarse a un pequeño departamento. Por primera vez en más de una década, tenía un espacio propio, una cama, una cocina y, sobre todo, un lugar seguro donde dormir.
Recuperar su identidad fue otro reto superado. Tras años en situación irregular luego de ser deportado de Estados Unidos, logró obtener nuevamente su identificación oficial en abril de 2022. Con ella, pudo acceder a servicios médicos y continuar formalizando su emprendimiento artístico.
Mientras tanto, su cuenta de Instagram —manejada por Tania— seguía creciendo. Cada publicación mostraba nuevas obras, mensajes de agradecimiento y testimonios de clientes que adquirían sus dibujos no solo por estética, sino por el valor humano que encerraban.
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Netflix se fijó en su arte
Uno de los puntos más altos llegó cuando Netflix México se interesó en su arte. Tras conocer algunas de sus ilustraciones y la historia que lo respaldaba, la plataforma lo invitó a colaborar con un proyecto visual relacionado con su línea de arte urbano. Desde entonces, ha participado en campañas visuales y ha ilustrado materiales que forman parte de producciones originales.
Pero más allá del reconocimiento, lo que Don Balde más celebra es haber podido recuperar su sonrisa ya que no tenía algunos de sus dientes y según él, se avergonzaba al sonreír.
En 2025, Don Balde ya no vive en la calle. Vive de su arte, con dignidad, gracias al talento que nunca abandonó y al gesto de una joven que apostó por él.