La vida después de la vida: ¿convertir una mascota en una planta o en un árbol?

Se cree que la domesticación de determinados animales data de la prehistoria cuando el hombre empezó a establecer lazos y vínculos únicos entre él y los animales. Para nadie es un secreto que las mascotas se han convertido en un integrante más de las familias. Estos seres llegan, sin lugar a duda, a traer compañía, amor y protección a la vida de las personas y se han empezado, incluso, a recomendar por parte de profesionales de la salud para el tratamiento de algunos trastornos mentales y el manejo del estrés y la ansiedad.

Sin embargo, de la misma manera en que su vida es significativa en la vida del hombre, también lo es su muerte, y en ocasiones puede ser un proceso traumático y doloroso, si pensamos en la compañía incondicional en la que se convierte una mascota en la vida de las personas. Es por eso que en nuestro programa #DeManeraSingular tuvimos como invitada a Laura Uribe Henao, una de las directoras de una iniciativa muy especial, un proyecto singular que busca prolongar la vida de nuestras mascotas, dándole, a través de ellas, vida a un nuevo ser: un árbol, una planta o una flor.

Se trata de un proceso de bio-transformación en el que, literalmente, la vida transforma la muerte, en el que el cuerpo, que es materia orgánica, se transforma a través de un proceso para dar lugar a un producto llamado compost. Este compost o compostaje del cuerpo del animal se utiliza como abono de alguna planta o árbol entre una amplia gama de posibilidades que el mismo dueño de la mascota puede elegir para que lo siga acompañando.

Esta iniciativa resignifica por completo el concepto de la muerte de una mascota, pues sus dueños reconocen que surge una nueva vida que les puede seguir brindando compañía y que pueden cuidar, pero en una forma diferente, busca mejorar el concepto de funeraria para mascotas, introduciendo biotecnología, para que los cuerpos de las mascotas sean parte de un nuevo ciclo de vida de la manera más natural y amigable con el medio ambiente.

Cuando la mascota muere, se recoge el cuerpo y es llevado a un lugar adecuado para iniciar un proceso de biotransformación por compostaje y durante todo este periodo -que dura 2 meses aproximadamente- se hace el acompañamiento a las familias, brindándoles una participación en el Taller de la Vida que cuenta con apoyo psicológico. Cada familia puede escoger si desea recibir la planta en su casa o, si lo prefieren, la funeraria se encarga de sembrar un árbol con el abono orgánico de la mascota en su Pet Memorial Garden (o jardín conmemorativo para mascotas) ubicado en el municipio de Guarne.

“Las mascotas son seres especiales que requieren una transición especial, entonces ¿por qué no darla con un homenaje diferente? En nuestro jardín de la vida aceleramos por medio de unos nutrientes naturales ese proceso de biotransformación por compostaje. Nosotros cubrimos las mascotas, acompañamos a las familias y las hacemos parte del proceso. Queremos con esto que nuestros animales vuelvan al lugar de origen, a la tierra.”

Laura Uribe, promotora de esta iniciativa

Una iniciativa singular que no solo es amigable con el medio ambiente sino que puede regalar mayor bienestar para las familias en un momento de dolor.