En momentos tan complejos como los que vivimos actualmente, debido a la pandemia del COVID-19, en los que, no es exagerar, nuestra salud pende de un hilo, algunos temas cobran gran importancia. Por eso, es necesario discutirlos en familia. Hablarlos con nuestros seres queridos no sólo es responsable sino ineludible. De este tema hablamos en nuestro programa De manera singular y queremos ampliar mucho más la conversación.
Por ejemplo, ¿cuál es mi voluntad ante un eventual caso de hospitalización en el que otra persona deba decidir sobre mi vida? A eso se llama voluntad anticipada.
Todos, quizá sin excepción, hemos pasado por momentos de angustia y dolor al ver a un ser que se ama sufriendo en su lecho de enfermo terminal. Seguramente, en muchas ocasiones, nos hemos visto aferrados a ese ser superior en el que creemos para que cese el sufrimiento de quien amamos, prefiriendo, entonces, una muerte digna y no una vida de padecimientos.
Supongamos que esa persona, ese paciente, eres tú. Por eso, queremos plantearte la siguiente pregunta que, reconocemos, es un tema sensible que muchos prefieren evadir: ¿has conversado con tu familia para definir y elegir quién decidirá por ti en caso de una eventualidad, sea enfermedad o accidente, que pueda llevarte a la muerte? ¿Qué te gustaría que hicieran contigo en una situación de esas?
La doctora Stella Navarro, presidente de los comités de Bioética de Medellín y Antioquia, nos planteó en #DeManeraSingular ambas situaciones. Incluso nos dejó como tarea resolver ambas preguntas en una conversación familiar. El objetivo es anticiparse a condiciones en las que nuestra vida y nuestra capacidad de toma de decisiones puedan estar en riesgo:
A esto es a lo que en el mundo de la bioética se le conoce como voluntad anticipada, concepto que reconoce el derecho que tenemos a elegir, libremente, quién actuará en nuestra representación para tomar decisiones trascendentales sobre nuestra vida, como puede ser, por ejemplo, ser sometidos a procesos artificiales para prolongar nuestra existencia o, incluso, ser desconectados de equipos que nos mantengan con vida de manera artificial pero que, irremediablemente, pueden reducir nuestra calidad de vida posteriormente.
Todas estas son cuestiones que aborda la bioética, pero, en últimas, esta ciencia nos da la posibilidad de que nuestro ciclo vital termine dignamente, en condiciones humanas y serenas.